Aunque uno no haya visto la película francesa del 2004, todo el mundo conoce más o menos la historia del coro de niños en un internado de finales de los años cuarenta. La cinta era un remake de la también francesa La cage aux rossignols (1945) y fue un fenómeno en su momento, consiguiendo numerosos premios por todo el mundo e incluso obteniendo dos nominaciones a los Oscars de aquella temporada. Además, no tenemos que olvidar que Les Petits Chanteurs de Saint Marc –los que realmente cantaban en la banda sonora del film- emprendieron una gira que duró años y les llevó a vender miles de copias. Por lo tanto, era de esperar que tarde o temprano la historia se convirtiera en un musical. Ya había canciones que aparecían en el film y que no podían faltar (Vois sur tu Chemim, Caresse sur el océan y Cerf-volant) pero había que añadir unos cuántos temas más y dar también la oportunidad de cantar a otros personajes, como por ejemplo el profesor, el director o la madre, además de inventar alguna trama –las niñas acogidas en el internado- que diera un poco de vuelo argumental.
El resultado final acaba siendo un musical agradable, sobre todo por las pocas canciones ya conocidas y por un argumento sensiblero que funciona por más que pasen los años (ya se sabe que reunir niños desamparados con un profesor carismático es una apuesta segura). Ahora bien, como espectáculo acaba resultando un poco plano y el hecho de no haber entreacto –al menos así fue el día en que yo lo vi- resta más que no suma. También hay que decir que no todas las interpretaciones están a la altura del producto, aunque los veteranos Manu Rodríguez, Rafa Castejón y Xisco González salvan muy bien la papeleta junto con una buena actuación general del reparto infantil. Por último, comentar que igual se tendría que cuidar un poquito más el tema de la sonorización, teniendo en cuenta que es una obra en la que el coro de voces resulta básico e imprescindible. No tiene que resultar fácil saltar de voces solistas a la del coro, que tiene que sonar como un todo compacto, pero aquí está el reto y el desafío de esta pequeña y delicada pieza.