Mucho me temo que no coincido con el estusiasmo generalizado ante la nueva aventura de Broggi, Manrique y compañía. Y los que me conocen saben que siempre me he declarado incondicional de esta pareja, tanto juntos como por separado. Pero esta vez, en mi opinión, no han acertado. L’orfe del clan dels Zhao me ha resultado lenta, aburrida y lejana, muy lejana. No he conseguido empatizar ni emocionarme con nada de lo que ocurría en escena. A pesar de las interpretaciones (excelentes) y la puesta en escena (preciosa), la historia que transcurre durante las más de dos horas que dura la función no me ha provocado ni frío ni calor.
Eso sí, la ovación cerrada que ha recibido al final seguramente indica que mi opinión no es la mayoritaria…