Distopía truculenta

L'inframón

L’inframón
09/10/2016

Desde los inicios de la literatura de ciencia ficción, los avances tecnológicos han sido el centro temático ideal para la especulación y desarrollo del género, algunas veces desde una mirada fantasiosa, otras (la mayoría) desde la desconfianza. L’inframón es una distopía truculenta que describe una sociedad donde casi todo el mundo pasa más tiempo en el mundo virtual que en la vida real, muchos de ellos deleitándose en perversiones repugnantes como la pederastia. Con los dilemas éticos y legales que Internet ha creado como trasfondo, la propuesta construye un escenario llevado al límite muy cautivador, a medio camino entre el thriller policial, el drama futurista y el ensayo filosófico. Fría, compleja y, sobre todo, sórdida, la obra resulta muy intrigante y sorprendente, usando unos efectos de iluminación muy sugerentes y un espléndido despliegue audiovisual. La historia es tan magnética como también lo son las interpretaciones. Impresiona, en este sentido, ver a una actriz infantil actuando en un contexto ficticio tan turbio y siniestro, a pesar de que, esta decisión, denota gran valentía por parte del director. El problema del espectáculo, en realidad, es el exceso de reflexiones y debate intelectual encajado en la boca de los personajes. Si bien resulta muy interesante el contenido de aquello que dicen, no acaba de funcionar como diálogos verosímiles y fluidos, y termina, por momentos, haciéndose pesado. Por otro lado, la trama se la juega demasiado con el giro de uno de los personajes que resulta un poco forzado y esto diluye ligeramente la contundencia de su conclusión. En cualquier caso, dejando aparte estas consideraciones, se trata de un montaje lleno de ideas muy potentes que impactan, hacen reflexionar y dan valor y vigencia al debate que se plantea.

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