Les pècheurs de perles es la segunda ópera más conocida de Georges Bizet, después de Carmen, y una de las partituras francesas que más se incluye en los repertorios de muchos grandes teatros de ópera del mundo. En el Liceu se ha representado en 41 ocasiones, a pesar de que estoy seguro que nunca desde la óptica en que lo ha enfocado Lotte de Beer. Y es que en esta ocasión el argumento original transcurre en medio de un reality televisivo que recuerda mucho a Supervivientes. El coro se sitúa todo el rato en unos habitáculos simulando el público que ve el show desde casa, mientras que delante de la escena los cantantes viven su dramática historia en un paisaje tropical entorpecidos por un presentador, algún cámara y varios regidores. Todo esto, junto con letreros relevantes y algún vídeo innecesario, acaba por otorgar al espectáculo una cierta originalidad que funciona a ratos. El problema, sin embargo, es que la idea puede resultar gratuita y no acaba de encajar con una partitura delicada y muy lírica, como es la de Bizet. Es cierto que hay una estética atractiva y que algunos momentos perduran en la retina del espectador, pero no sé si era necesario buscar un envoltorio tan retorcido para una historia tan simple, que si ha pasado a la historia del género es por una intimidad que aquí ha quedado totalmente sobrepasada.
¡Enlace copiado!