El amor nunca es limpio

Les mans

Les mans
27/07/2024 - La Villarroel

El amor es un juego de claroscuros, un contraste acusado entre volúmenes iluminados y volúmenes oscurecidos. A través de este efecto, se consigue destacar elementos concretos, pero, a diferencia de la intención de la técnica pictórica, el sentimiento no elige. El resultado, lo que se convierte en protagonista, no se puede predecir.

¿Dónde queda, en relación entre dos personas, el proyecto personal? ¿Debemos aceptar que se diluya, en beneficio de un cordero mayor? ¿Quién tiene la potestad de establecer cuál es realmente un bien común en una relación de pareja? ¿Qué costes tendrá una posible renuncia? ¿Tendrá estas consecuencias sólo personales? O, a la larga, ¿pasará factura a ambos? ¿Qué debe prevalecer para garantizar la salud de una relación?

A Les mans, Isaac regresa después de dejar el oficio de actor por unos problemas de salud mental. Paula, su pareja, está a las puertas de su primera película como directora, un drama inspirado en la situación que ha vivido Isaac, predestinado, de entrada, a protagonizarlo. Temerosa de una posible recaída, ella decide traumáticamente prescincir de él. La noticia cae como un cubo de agua fría por la autoestima del compañero y, forzosamente, por su relación de pareja. El enfrentamiento, lleno de feroces diálogos y de monólogos descarnados, se convierte en una fuente de teatralidad pura. Nada sobra ni se echa de menos en el trabajo de los actores. Raquel Ferri y Ernest Villegas sobresalen en su interpretación, de entrada compleja y rica en capas. El entendimiento en escena regala a la audiencia una loable autenticidad, dejando una sombra de duda permanente: ¿podemos transformar la intimidad, lo que pertenece a la esfera personal y de pareja, en un proyecto artístico? ¿Qué peligros comporta? Del amor, a las acusaciones de egoísmo por razones muy distintas. ¿Cómo puedes decir que no pienso en ti si te he acompañado sin desfallecer cuando estabas peor? ¿Cómo puedes pensar sólo en tu éxito profesional, aprovechando una historia que me pertenece, que bebe de mí, echarme?

La autoría proporciona espacios mentales de envolven la evidente crisis de pareja: la huida de la ciudad que pretendía ser liberadora y que acaba aislando, el esperpento y la autoflafelación ante sueños que se van por el fregadero, la intensidad del amor, la esencia de lo que siempre perdura… La dirección de Sílvia Munt aporta al brillante texto de Lázaro García una meticulosidad y una temperatura casi cinematográficas. Luces, sonidos, entradas y salidas enriquecen con matices, distancias y momentos las escenas, dibujando un proceso nada fácil de resolver para mantener el tono y la tensión permanentes. Probablemente podían resolverse de forma más eficaz los saltos en el tiempo. Un sencillo cambio en la escenografía, un detalle en la sencilla decoración, reforzaría un tráfico tan importante en el guión.

En definitiva, un placer teatral, un planteamiento emocional. El papel de la persona en el marco de la pareja, en debate. Más que recomendable, imprescindible

← Volver a Les mans

¡Enlace copiado!