Emma Vilarasau deja de lado el registro más dramático al que nos tiene acostumbrados para lanzarse de lleno al Stand Up Comedy en esta comedia dramática de autoficción. Su personaje es una cómica al estilo de Joan Rivers – los que hayan visto la serie Hacks podrán sentirse identificados con su universo – que durante las dos horas que dura la obra alterna su faceta más pública en el escenario con su vida más privada en casa. Conforme avanza la historia los límites entre estos mundos se irán difuminando, al igual que lo hará el límite entre realidad y ficción, con un precioso monólogo final donde la actriz se quita la máscara y hace alarde de su gran empatía con los espectadores confesándose desde su yo más íntimo y emotivo.
Sergi Belbel escribe y dirige esta obra hecha a medida para Vilarasau y con un perfecto equilibrio entre comedia y drama. A partir de la experiencia de la actriz cuidando a su madre en sus últimos años de vida, elaboran este precioso homenaje al oficio de las actrices y comediantas que más allá de los escenarios, también cuidan y sostienen a las personas de su alrededor. Dos actrices más la acompañan en el escenario: Mont Plans destaca por su increíble papel cómico como abuela y Júlia Bonjoch aporta un contrapunto de cordura en su papel de hija.
En definitiva, se trata de un precioso ejercicio de autoficción con tintes feministas y que se cuestiona nuestra actual necesidad de llevar la realidad a escena o de mirar la realidad con ojos de espectadores. Y es que resulta lógico que busquemos la verdad en una época en la que parece que ha dejado de existir. Cuando la realidad nos parece ficción, necesitamos una ficción que nos acerque a la realidad. Por eso, larga vida a la autoficción, a la Vilarasau, a su madre y a todas las demás.