Si echamos un vistazo a la ya nutrida producción teatral de Martí Torras Mayneris, tanto en su vertiente de director como de dramaturgo, veremos que hay una clara preferencia hacia elementos festivos, cabareteros y de juego teatral. Si, además, tenemos en cuenta que sus últimos montajes han sido dentro de la órbita del clown –Rhum y Rhumia-, debemos reconocer que él era el más adecuado para llevar a cabo este homenaje a los bufones que Shakespeare utilizaba en su compañía, llamada Lord Chamberlain’s Men. Sin embargo, hay aspectos de este espectáculo que no han acabado de cuajar de la forma que muchos esperábamos…
Es cierto que el director se esfuerza por dotar al montaje de un ambiente festivo, donde tiene mucho que decir la música en directo de Els Berros de la Cort. Pero también hay que reconocer que no basta con ensartar un buen número de frases de varias obras de Shakespeare para crear un guión que mantenga el interés y que tenga un objetivo claro. Es más, pienso que este encorsetamiento voluntario ha contribuido a que no haya una historia libre, que vuele por sí sola y vaya más allá de la simple sinopsis anunciada en el dossier. Es cierto que todos los actores se esfuerzan para que no sea así, pero el texto los vence … y sólo algún guiño de Joan Pera o algún chiste metateatral nos hacen salir de un camino excesivamente llano y cerrado.