Ya tenemos aquí una nueva obra de este tándem que poco a poco se está convirtiendo en imprescindible: Carme Marfà y Yago Alonso. Después de Ovelles, que volverá este verano por tercera vez, e Instruccions per enterrar un pare, ahora nos llega La pell fina. El humor es el mismo y las bases cómicas están muy bien asentadas, a pesar de que esta vez el argumento no es tan alocado (alguien que recibe en herencia un rebaño de ovejas o alguien que construye el ataúd de su padre por carencia de recursos económicos) y se acerca más a la anécdota. Con el recuerdo de la comedia El nom en el horizonte, La pell fina nos explica la historia de una pareja que visita a unos amigos que acaban de tener un niño. Cuando alguien diga que el niño es realmente feo se pondrá en marcha un cúmulo de reproches que llevará la velada hacia la deriva…
Ya hemos dicho muchas veces que la comedia costumbrista está cogiendo un nuevo rumbo, y creo que Marfà y Alonso tienen mucho que ver. De hecho, han cogido las bases de la comedia de boulevard, las han llevado a espacios escénicos de proximidad y han explotado sobre todo una naturalidad (tanto en el argumento como en las interpretaciones) que potencia la comicidad y la acerca mucho más al público. A pesar de algunas premisas un poco estrafalarias, todo el mundo se siente identificado en un momento u otro de estas comedias. Y cuando la identificación del espectador entra en juego ya hay una parte de éxito medio asegurada.
No hay que decir que las interpretaciones son la clave de este tipo de obras, y en este caso no podía ser menos. Biel Duran i Francesc Ferrer explotan toda su experiencia actoral y nos brindan momentos magníficos, a pesar de que Laura Pau y Ángela Cervantes constituyen toda una sorpresa. En definitiva, un grupo compacto y con mucha complicidad escénica.