Look back in anger, aquí traducida como Amb la ràbia al cos, es una obra que John Osborne estrenó en 1956. Con ella se inauguró el movimiento de los «jóvenes airados», con el que se englobaría a una serie de dramaturgos y escritores británicos que expresaban el sentimiento de las clases bajas hacia el sistema sociopolítico que imperaba en aquel momento. Como muchas obras de la época, el marcado contexto que las encorseta no ha ayudado a que envejezcan del todo bien, a pesar de que su propósito y la fuerza de sus personajes permanecen totalmente intactos. Llàtzer Garcia ha querido inspirarse en esta pieza para construir su último texto, La meva violència. No estamos ante una versión sino ante un texto actual que recrea la misma idea, un poco al estilo de lo que ya hizo con Els somnàmbuls y la obra de Noël Coward.
Aquí tenemos tres amigos que comparten piso y que viven ligados por una idea que les marcó -rebelarse contra las imposiciones de la sociedad- y que ahora empieza a separarlos. La visita de un cuarto personaje acabará por dinamitar la frágil relación que mantienen entre ellos, hasta el punto de tomar decisiones que les obligarán a cambiar… Realmente la idea de recuperar ahora este argumento me parece acertada y oportuna, pero para acercarla más a la realidad de los jóvenes airados actuales -cada época tiene los suyos- me faltan referentes y situaciones que todos podamos reconocer. Creo que aquí, precisamente, hacía falta contextualizar y definir mejor los personajes, analizando los verdaderos motivos de su rebeldía o de su conformismo. Se ha querido hablar más de la idea que de las situaciones, y el conjunto queda como un teatro de tesis interesante… pero para mi gusto insuficiente.
Las actuaciones están a la altura de las circunstancias, y entre ellas destaca la de Laura Daza. Ella es la que tiene que bregar con uno de los personajes más difíciles y contradictorios de la historia, la versión femenina del mítico Jimmy Porter.