Dice Pere Riera que tenía intención de hacer una obra sobre el 600, y lo cierto es que se ha ingeniado un punto de partida muy original para homenajear al coche más famoso de los años sesenta y también para explicarnos los pequeños o grandes secretos de una familia catalana muy concreta. Tomás y sus hijas discuten por la presencia de un automóvil en medio del comedor de casa, pero en el fondo están asumiendo la ausencia de la madre, pieza fundamental de una estructura familiar aparentemente normalizada. Los recuerdos que tienen de ella, y también las discusiones o los pequeños problemas diarios nos regalan un texto que fluctúa entre drama y comedia de una forma natural, casi sin saltos. Este es el principal valor de Riera, un autor que sabe crear situaciones interesantes (Desclassificats, Lluny de Nuuk), que utiliza impecables estructuras dramáticas (Barcelona) y que crea diálogos realmente brillantes (Infàmia). Es cierto que aquí le sale una pieza un poco larga y más conservadora que otras, más tradicional, pero evitando siempre la ramplonería o el peligro de caer en sentimentalismos innecesarios.
La dirección, también de Riera, apuesta por una naturalidad imperiosa. Nada tendría sentido si los actores y las actrices no apostaran de forma decidida por la verosimilitud y por la generosidad escénica. En este sentido, funciona muy bien la complicidad entre las hermanas (impecables Àngels Gonyalons y Rosa Vila), y también con el recuerdo de esta madre fantasmal, omnipresente y luminosa (seductora interpretación de Mercè Sampietro). No podemos olvidar, sin embargo, los dos personajes masculinos (el veterano y siempre acertado Jordi Banacolocha y el felizmente reencontrado Pep Planas), que aportan el contraste necesario en esta pieza eminentemente femenina. Un reparto en estado de gracia que se mueve como pez en el agua por un espacio escénico creíble, pero con un punto de teatro clásico demasiado acusado… Por cierto, si se pudieran evitar los golpes de las paredes del fondo cada vez que se abren y se cierran, seria todo un detalle.