La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico estrena nueva promoción con una de las comedias de enredos más conocidas de Lope de Vega. Una gran oportunidad para mostrar todo el potencial dramático de este joven elenco que, además de recitar fabulosamente el texto original de 1604, también se atreven con la música en directo. Cabe destacar la versión Vestida de nit, de Silvia Pérez Cruz, además de las composiciones originales.
Se suele decir que la comedia permanece peor que la tragedia, que resulta menos universal, porque está fuertemente anclada a su contexto espacial y temporal. No obstante, con obras como esta recordamos que, aunque eso pueda ser cierto en relación al contenido, las estructuras y mecanismos de la comedia siguen siendo los mismos: malentendidos y equívocos llenos de ironía dramática, suplantaciones de identidad, incongruencias e inaptitudes de personajes hacen que la carcajada del público siga sonando como en aquellos corrales de comedias.
El montaje, dirigido por Lluís Homar, que también interpreta un papel, es fiel al estilo del teatro del Siglo de Oro, con su apuntador en escena, su ruptura frecuente de la cuarta pared para que el personaje pueda evidenciar sus intenciones al público y los versos originales que para el público contemporáneo no habituado exigen un mayor esfuerzo de atención. El texto parodia las normas morales de aquella sociedad y es un alegato al amor y al deseo. Unas enormes letras lumínicas en el escenario dicen HOPE, esperanza en inglés, recordándonos que hace cuatro siglos LOPE ya utilizaba el teatro para soñar y reivindicar con entusiasmo la tan ansiada libertad de amar, aunque todavía hoy en día haya personas que la quieran restringir.