Recital interpretativo en pareja

La colección

La colección
08/09/2024 - Teatre Romea

Juan Mayorga es quizás uno de los dramaturgos en lengua castellana más conocidos y más prestigiosos de las últimas décadas. Estudió filosofía y matemáticas –dos temas que influyen en su personalidad artística y su escritura-, empezó a escribir teatro para grupos como El Astillero, La loca de la casa o Animalario y acabó por estrenar en el Centro Dramático Nacional, en la Compañía Nacional de Teatro Clásico o en La Abadía, de la que es actualmente su director. El 2018 ingresa en la Real Academia Española, donde ocupa el asiento M.

De Mayorga hemos visto aquí infinidad de obras, casi siempre en montajes que venían de Madrid… pero también en montajes producidos aquí, como Himmelweg o El chico de la última fila. Ahora nos llega directamente de La Abadía La colección, un texto que se identifica rápidamente con el conjunto de su obra, sobre todo por los temas tratados y por las corrientes filosóficas que lo recorren de arriba abajo. El texto habla de un matrimonio de avanzada edad que quiere dejar su prestigiosa colección de arte a alguien que sepa valorarla y conservarla. La obra, por lo tanto, nos habla del legado, de la responsabilidad, de las historias que hay detrás de cada cosa y también de cada persona… Nos habla de la humanidad y del sentido de la existencia, como en tantas otras piezas del autor madrileño.

El montaje opta por un aire de thriller que le va muy bien, pero que quizás puede defraudar a los que busquen respuestas concretas o una explicación razonable a los acontecimientos. A Mayorga le importa el clima y el tema del que quiere hablar, pero no tanto la historia… ni los personajes, aunque esto pueda parecer excesivo. Es por todos estos elementos que la obra quizás puede hacerse pesada en algunos pasajes, y resultar demasiado críptica en otros. Su estructura de largos diálogos a dos tampoco acaba de ayudar.

La interpretación de los veteranos José Sacristán y Ana Marzoa es el principal reclamo del espectáculo, sobre todo porque los dos actores nos regalan un recital pulido y detallado. Solo la escena final, llena de misterio y nostalgia, ya valdría el precio de la entrada. Lástima que no todas las actuaciones tengan el mismo nivel ni que la historia llegue a todo el mundo con la misma intensidad. Aun así, es un espectáculo que hay que ver y que inicia con sello de calidad la temporada del Romea.

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