El precio de la bondad

La bona persona de Sezuan

La bona persona de Sezuan
02/02/2019

¿Hay lugar para la bondad en esta sociedad? ¿Cómo ser bondadoso con los demás al mismo tiempo que luchamos por sobrevivir en este mundo? Bertolt Brecht partió de esta premisa para escribir esta obra que ahora Oriol Broggi dirige en la sala grande del TNC.

Clara Segura es la encargada de representar las dos posiciones posibles ante esta cuestión, desdoblándose en la bondadosa prostituta Xen Te y en su egoísta primo empresario al mismo tiempo. Más allá de la caracterización, el cambio de personaje de Segura es tan absoluto y sutil que un único gesto le bastaría para recordarnos en qué figura se encuentra.

La primera parte de la obra carece de ritmo y resulta un tanto larga, ya que se dedica a marcar las reglas del juego sin mostrar grandes progresiones en el personaje. Es a partir de la segunda parte cuando Xen Te comenzará a tomar consciencia de que la bondad le impedirá sobrevivir, iniciando su transformación definitiva y despertando así el interés del público. La banda de música en directo también ayuda en el ritmo de la obra, ambientándola en esa exótica e imaginaria China.

Un amplio elenco de actores conforma la figura del coro, un pueblo que actúa como fuerza antagónica impidiendo a Xen Te desarrollar toda su bondad. Joan Carreras interpreta al aviador del que se enamora la protagonista y que no hace más que confirmar la mezquindad humana. Otros personajes cercanos al clown, como el aguadero o el policía, dotan de un ingrediente cómico a la obra.

Cabe destacar el dramático monólogo final de Clara Segura donde se descubre su doble personalidad. Además, el director ha querido incluir una nota a forma de cierre para suavizar este mensaje tan pesimista que Bertolt Brecht nos deja sobre el ser humano. En definitiva, una increíble interpretación de un gran texto lleno de significado, aunque el resultado final carece de ritmo a ratos.

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