Del mismo modo que es preferible no volver a ver algunas de las películas que más nos gustaron durante nuestra infancia, recuperar un éxito teatral de hace más de veinte años tiene el peligro de resultar una decepción. Y es que enfrentar el recuerdo con la realidad es un riesgo del cual no todas las producciones salen bien paradas. Afortunadamente, esta nueva puesta en escena de Kràmpack demuestra que el texto de Jordi Sánchez fue mucho más que una comedia popular del momento, sino que contiene ciertas claves que pueden funcionar de manera casi universal. Es curioso descubrir ahora hasta qué punto Plats Bruts, la serie de Sánchez y Joel Joan, nació de los personajes y el tono humorístico de esta pieza. Esto puede desconcertar un poco el espectador más adulto y más cuando los actores (un cuarteto en estado de gracia) se ven, en cierto modo, obligados a imitar a sus predecesores.
El caso es que la obra continúa siendo tan fresca, efectiva y divertida como hace dos décadas pero, además y sobre todo, su trasfondo dramático no ha perdido su fuerza y profundidad emocional. Kràmpack es, en realidad, una reflexión sobre la dependencia emocional explicada a través de un conflicto de descubrimiento de la propia sexualidad. En este aspecto, la calidad del texto original es innegable. Sin embargo, el tiempo ha pasado y la sociedad evoluciona. La mirada sobre la homosexualidad o la bisexualidad actual no es la misma que la de los noventa, ni los términos con los que nos expresamos o el tipo de malestar que ciertas circunstancias generan en nosotros o nuestro entorno, especialmente, tratándose de jóvenes. Por este motivo, quizás hubiese sido más acertado ambientar la historia en los noventa en vez de intentar actualizarla para, finalmente, quedarse a medio camino.
En cualquier modo, el montaje no deja de ser un entretenimiento con contenido que, más allá de las risas, genera debate e, incluso, emociona, cosa que, por cierto, es mucho más de lo que la mayoría de comedias comerciales actuales aspiran a hacer. Por lo tanto, en este sentido, bienvenidas sean las nuevas adaptaciones de obras como esta y larga vida a este texto, mucho más memorable y relevante de lo que muchos piensan.