Juego de espejos

Jerôme Bel: The Show must go on

Jerôme Bel: The Show must go on
09/05/2015

El lenguaje coreográfico y la idea de danza (o de no-danza) de Jérôme Bel quizás ya no nos resultan innovadores ni sorprendentes, pero también hay que tener en cuenta que el espectáculo que ahora se presenta fue estrenado en el 2001. Desde entonces ha recorrido varias ciudades en todo el mundo, jugando siempre con los bailarines (o los no-bailarines) del lugar donde se representaba. Sea como fuere, este concepto de espectáculo siempre resulta provocador, ya no sólo de una manera formal sino también como generador de ideas y sensaciones nuevas a los espectadores. En este sentido, el público se ve interrogado, sorprendido y motivado por unos impulsos tan sencillos como los que provoca la música, el humor y la cotidianidad o proximidad de los artistas que ve en el escenario. Continuamente se establece el juego de espejos, y el espectador sabe que podría ser uno de los que está en escena, del mismo modo que los bailarines podrían estar observándolo a él en su inmovilidad…

El planteamiento de The show must go on es muy sencillo. Un DJ situado en el proscenio del escenario aparece con un montón de CD’s y, uno a uno, los va poniendo para dar pie a diferentes situaciones, sobre todo relacionadas con la letra de la canción. A veces puede producir la aparición de los bailarines, que se moverán o no, pero también puede producir todo lo contrario. No es extraño, pues, encontrar canciones que se escuchan a oscuras o que se disfrutan con un escenario vacío, o con un simple efecto de luces de colores. Todo ello, con la complicidad de un público que se tiene que entregar al juego desde el minuto uno para poder disfrutar de la propuesta. Lástima que la formalidad de los espectadores barceloneses no nos permita encontrar un segundo espectáculo alternativo en la platea… Creo que a Jérôme Bel le encantaría.

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