Hipnótica y futurista

Infern

Infern
22/05/2021

En realidad, Infern es un work in progress, un trabajo inacabado y en constante evolución que formará parte de un todo más grande. Se trata de una de las tres partes que integrarán el tríptico The garden, basado en la pintura El jardín de las delicias, de El Bosco. La compañía La Taimada, que trabaja a menudo con imágenes potentes y ambientes tensos, presenta ahora el aperitivo de un proyecto ambicioso, diferente y provocativo. De hecho, Infern empieza con una larga escena donde solo intervienen la música y la iluminación, para seguir después con repeticiones, series que parecen no tener fin y una curiosa ceremonia litúrgica que precede un final atronador, crispado, muy potente.

Lo mejor de este trabajo es el ambiente que han creado Olga Álvarez i Jordi Cabestany. Cómo si fuera un fragmento de 2001 u otras cintas de ciencia ficción, la pieza empieza con un tono misterioso y futurista. El juego de luces de Joana Serra y la intensa música de Carlos Martorell consiguen un efecto realmente hipnótico, en el que el agua también juega su papel. En total, una ambientación muy especial que transporta enseguida el espectador en un mundo paralelo, cargado de desesperanza y de un erotismo íntimo, individualizado y egoísta. Quizás los tiempos escogidos se alargan en exceso y las escenas llegan a la saturación, pero no se puede negar que se ha creado un espacio muy personal que tiene que crecer y que puede llegar a dar grandes alegrías a los espectadores más atrevidos…

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