Belleza minimalista y voces de primera

I Capuleti e i Montecchi

I Capuleti e i Montecchi
28/05/2016

Esta versión de Romeo y Julieta se basa más en las leyendas que corrían en su momento por Italia, que en la famosa tragedia de William Shakespeare. Este hecho, junto con las estructuras teatrales de la época y las rígidas convenciones operísticas de principios del siglo XIX, contribuye a que el espectáculo se aleje un poco de todo el que atribuimos a la historia de los dos amantes. Aquí tenemos luchas políticas, amenazas de guerra, unos amantes que ya se conocían de antes, un casamiento que se frustra en el último segundo y una Julieta que acaba muriendo literalmente de amor.

Bellini opta para dividir la ópera en dos actos, que a la vez están subdivididos en tres escenas cada uno. Muchas de las escenas son de carácter intimista, resueltas únicamente con dúos y con algunas arias de lucimiento. Esta simplificación estructural va acompañada del minimalismo formal que ha querido imprimir el director, Vincent Boussard. Un minimalismo que, a pesar de todo, parte de unos planteamientos escenográficos bellísimos: unos fondos pictóricos que se transforman bajo efectos de luz y color, y una escalinata sin fin por la que los personajes aparecen y desaparecen como por arte de magia. Y para hacer estallar toda esta sencillez, la explosión de color que puntualmente aportan los vistosos vestidos de Christian Lacroix y Robert Schwaighofer. En definitiva, un marco de gran belleza en el que brillan dos de las mejores voces femeninas del momento, la de la mezzosoprano norteamericana Joyce DiDonato y la de la soprano italiana Patrizia Ciofi. Sólo por escucharlas en directo ya vale la pena pagar el precio de la entrada.

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