Las aspas del Molino vuelven a girar

Tenía muchas ganas de ver cómo se había transformado el emblemático Molino después de muchos años cerrado y viendo cómo se iba deteriorando poco a poco. Por fin, el Ayuntamiento de Barcelona ha comprado este histórico espacio i, tras la convocatoria en un concurso público, ha otorgado la gestión a Festival Cruïlla.
El Molino inició su largo recorrido en 1898 con el nombre de La Pajarera Catalana porque se construyó sobre una tasca llamada La pajarera. En 1908 por primera vez aparece el nombre de Petit Moulin Rouge, imitando al de París. En 1929, coincidiendo con la Exposición Universal se remodeló la fachada y se añadieron las aspas de un molino que es la imagen que se conserva actualmente. Durante la dictadura se tuvo que eliminar la palabra Rouge (por causas obvias y conocidas) y traducirlo al castellano, que era el único idioma permitido. Después de pasar por diferentes propietarios y diversos acontecimientos, el 14 de noviembre de 1997, la vedete Merche Mar actuó en el último espectáculo Pluma y Peineta, antes del cierre definitivo, aunque en 2010 se volvió a abrir de nuevo El Molino con el espectáculo Made in Paral·lel, un recorrido por la historia de El Molino y los diferentes artistas y géneros que habían pasado por este mítico escenario.
Se acabó la pluma, la sátira, la irreverencia y el juego de palabras picantes. A partir de ahora, será una sala de conciertos varios, jazz, fusión, hip-hop, folk, rock, música experimental, música de autor, big band, blues y acogerá al ya conocido Barnasants y muchos otros.
Los miércoles estará dedicado a la comicidad bajo el nombre de Hilaria Club. El ambiente es acogedor, tapizado de rojo como los antiguos cabarets, con mesitas en la platea y un surtido de bebidas y platos para degustar durante y después del espectáculo, los cuales están programados en distintos horarios entre las 20 y las 24:00. Cada miércoles los cómicos que participan serán diferentes.
Ayer, con la animada presentación de Pau Sánchez acompañado de una guitarra, desfilaron en monólogos de un cuarto de hora Ángela Hayes, Eñaut Zuazo, Irene Minovas y Raquel Hervás, los cuatro muy ocurrentes y haciendo participar al público que llenaba toda la sala.
Sea muy bienvenido y reencontrado este conocido y apreciado espacio del Paral·lel.