Ya hace años que Broadway alterna grandes espectáculos con musicales íntimos como este. Musicales que en muchas ocasiones empiezan su trayectoria en el Off Broadway, como fue el caso de Rent, y pasan más tarde a conquistar teatros más grandes e incluso los premios más importantes de la temporada. Fun Home ganó cinco premios Tony en el 2015 y ha quedado ya como uno de los revulsivos más recientes del género, sobre todo por basarse en un comic para adultos y por la elección de una temática espinosa, al estilo de Next to normal. Aquí ya no hablamos de las enfermedades mentales, sino de la aceptación de la homosexualidad y del suicidio como escapatoria de aquello que no se sabe asumir ni afrontar.
El hecho de que el proyecto Onyric haya querido empezar su camino con esta pieza ya es toda una declaración de intenciones. Asumir un musical poco conocido en Catalunya, pero con un sello de calidad incontestable y una producción a la altura, dice mucho de la apuesta. En este sentido, Fun Home luce como producción importante, tanto por el cuidado que se ha tenido en la parte musical como por la escenografía aplastante que deja boquiabierto desde el principio. Ahora bien, se tiene que admitir que la parte interpretativa podría haber estado más trabajada, ya que cuesta insuflar aire a un artefacto dramático que en ocasiones parece deshincharse. Mariona Castillo, Clara Solé y Pilar Capellades son las que más destacan, además de tener momentos de lucimiento que funcionan a la perfección. No podríamos decir lo mismo de Daniel Anglès, que asume el difícil rol del padre y que parece estar más pendiente de la dirección y de todo el conjunto que de los pequeños detalles de su personaje. Un trabajo irregular que seguro que mejora función a función, igual que el de los niños y niñas protagonistas.