Intensidad desmedida

Forever Van Gogh

Forever Van Gogh
06/10/2024 - Teatre Apolo

Los genios tienen vidas peculiares, acostumbran, de hecho, a tener o traumas o caminos nada fáciles, incluso atormentados. Seguramente, eso hace que sus leyendas vitales se amplíen y den una áurea aún más potente a sus obras.

Vincent Van Gogh (1853-1890) murió con solo 37 años, después de una vida dedicada a la creación de sus cuadros. Incomprendido y desterrado durante la mayoría de su vida, solo su hermano Theo le dio soporte en su obsesión por la pintura, por la cual vivía y respirada cada día. Es sabido que esta fijación por el arte y su trabajo lo llevó a tener problemas de salud mental hasta el día en que murió.

En este espectáculo se hace un repaso por la vida de Van Gogh a partir que empieza a dedicarse solo a pintar, mientras intenta vender sus obras y va conociendo artistas impresionistas o postimpresionistas, como Paul Gauguin, al mismo tiempo que desafía a aquellos que no ven en este movimiento un futuro. Se enfrenta a los incrédulos y confía en que habrá un futuro, seguramente que él no llegará a ver, donde su obra será reconocida. Durante este repaso, el relato hace un paralelismo al valor más o menos actual de la obra de Van Gogh, demostrando que su visión era acertada.

Esta pieza está elaborada a partir de las cartas que intercambiaban Vincent y Theo a lo largo de los años y pretende mostrar no solo su legado artístico sino también su parte personal, bastante desagradable en algunos momentos y pasajes de su vida, para hacer un retrato cuidadoso de su figura. Un texto y relato interesante, pero que en algunas ocasiones se hace pesado por la intensidad en que se quiere explicar o mostrar cada escena, como si fuera la más trascendente de todas. Esta pasión desmedida aleja un poco a la espectadora de la narrativa, que se aparta para verlo todo desde un prisma más foráneo

Impresionante puesta en escena con los cuadros y las cartas visibles en un montaje audiovisual ayudado por la IA que da movimiento y ritmo a todo el escenario. Y es este elemento, juntamente con la música de Ara Malikian aquello que atrae más del espectáculo. Malikian envuelve la obra de una capa tierna y dolorosa, sus composiciones y la interpretación en directo de cada pieza cubre la producción de una manera mágica que ayuda a mejorar, dentro de lo que le es posible, el pasaje que está sucediendo en el escenario.

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