¡Ay los secretos y las relaciones escondidas! Son un ingrediente muy interesante cuando se trata de historias que atrapan al público, ya sea en un libro, una canción, película u obra de teatro. Que el público sepa cosas que los protagonistas no se huelen o desconocen es la salsa que implica a la espectadora y la hace participar de un enredo que acostumbra a tener la comicidad como aliada.
Filumena Marturano es una mujer que ha pasado 25 años al lado de Domenico Soriano, como pareja extraoficial y también como ama de casa. Después de tantos años ella decide que se ha ganado el derecho a ser la señora Soriano y, con un plan muy ingenioso, lo consigue. Cuando Domenico se da cuenta de todo, empieza el estruendo.
Es una maravilla ir al teatro y reír a mandíbula batiente, y esta obra lo provoca con ganas. Toda diversión, entretenimiento, enredo y estridencia, enloquece al público con un texto rápido y ágil elaborado magníficamente por Eduardo de Filippo en 1946. Alejada en el tiempo, esta historia es trasladada perfectamente a la actualidad sin chirriar ni una sola parte. Con Nápoles como base de la acción, el delirio italiano y el frenesí de las emociones se traslada al escenario con detalle. Oriol Broggi consigue crear el ambiente imparable de pensamientos y diálogos, y, sin darse cuenta, la espectadora ha pasado un poco más de dos horas en un estado alegre y divertido, olvidándose de cualquier otra cosa.
El texto y la puesta en escena es increíble, pero el reparto acaba de redondear una obra especial con un talento descomunal. Clara Segura con una presencia arrolladora explora las líneas de la Marturano con pasión y entrega, respira con su rabia y su amor y, con la inteligencia de persona vivida, transita su personaje con una seguridad impecable.
Es impresionante lo que hace Enrico Iannielo en el escenario. Su dominio del ritmo y la escena se muestra en su capacidad de cambiar de idioma (¡hasta tres!) con una facilidad que solo puede ser fruto de un trabajo laborioso. La naturalidad de Domenico hablando con cada personaje con frases parte en italiano, otra en castellano y de tanto en tanto también en catalán, deja asombrada a la espectadora.
Cada elemento de esta producción está pensado y trabajado al detalle, y de esta dedicación a cada parte de la obra se extrae un resultado agradable y con ganas de compartir. Sin duda, una de las propuestas más atractivas de la cartelera.