Ambiciones excesivas

Fang i setge

Fang i setge
13/02/2016

La creación y la evolución del musical Fang i setge ha sido curiosa y larga. El diciembre de 2014, justo cuando ya estaba a punto de acabarse el año del tricentenario, se estrenó en el Teatre de la Passió d’Olesa este musical compuesto por Salvador Brotons y escrito por Marc Rosich. Un musical que quería mostrar una historia de amor dentro de la Barcelona sitiada de 1714. Después de aquel estreno dirigido por Joan Font la obra se ha representado en varias ocasiones, y ahora llega al Paral·lel barcelonés con algunos cambios y con la nueva dirección de Marc Angelet. Una obra que se ha ido perfeccionando, pero que nació como un enlace entre el mundo profesional, el pedagógico y el teatro amateur.

Fang i setge toma como modelos a Mar i cel -sobre todo en la cuestión musical- y Els miserables, en cuanto a temática, estructura y en la utilización de recursos teatrales. Esto quizás le resta más que le suma, puesto que la ambición choca de frente con algunas carencias importantes. La música de Brotons es interesante pero no brillante, y a parte del tema central que actúa como leit-motiv, le faltan canciones que queden en el recuerdo. La trama está bien ligada, pero tiene tantos lugares comunes que al final ni sorprende ni entretiene excesivamente. El segundo acto, además, resulta demasiado oscuro, tanto en sentido literal como argumental. Una lástima para un espectáculo que presenta un buena factura, una habilidosa utilización de las proyecciones y unas interpretaciones más que correctas.

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