Clásico respetuoso

Entremeses

Entremeses
23/05/2015

Con ocasión de su vigésimo aniversario, el reconocido centro de creación madrileño La Abadía ha decidido reencontrarse con uno de sus primeros espectáculos. Esta adaptación de los Entremeses de Miguel de Cervantes, que incluye las piezas La cueva de Salamanca, El viejo celoso y El retablo de las maravillas, recupera varios miembros del reparto original sirviendo, así, de autohomenaje además de tributo al gran autor del siglo de oro español. La puesta en escena para esta obra es sobria y elegante, manteniendo una atmósfera clásica muy bien acompañada por un vestuario y escenografía tradicional pero práctica y sencilla. Lo más destacable, en este sentido, es el uso de instrumentos rudimentarios para crear, en directo, el espacio sonoro, la música y los efectos, dotando de una magia especial toda la propuesta. Por otro lado, el grupo de actores, especialmente curtidos para este tipo de menesteres, demuestran una gran capacidad para abordar los textos de Cervantes y otorgarles una gracia especial, un buen ritmo y una cadencia que consigue no hacerse rancia. Desgraciadamente, el espectáculo tiene una duración excesiva, tratándose sólo de tres pasajes que todos conocemos muy bien y que, a pesar de su importancia, son de un contenido demasiado anecdótico para sostener el interés durante casi dos horas. A veces, las adaptaciones dramatúrgicas de ciertos autores se muestran demasiado prudentes a la hora de recortar parte del material, probablemente, por un exceso de respeto. En este caso, nos encontramos ante un buen producto que, sin embargo, puede llegar a fatigar. Una lástima, puesto que este problema tenía una solución muy sencilla.

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