Quim Llisorgas, un chico de 28 años afectado de una enfermedad genética llamada síndrome de Joubert explica en primera persona todo el esfuerzo de superación que ha tenido que hacer todos estos años para llegar a conseguir su sueño: ser actor. Y nos lo demuestra en el reestreno de esta obra que estuvo un mes en cartel a finales del año pasado. Actualmente desempeña un papel en la serie de TV Como si fos ahir y agradece a la serie que tenga en cuenta las enfermedades minoritarias.
No es una obra de teatro basada en hechos reales. Es un hecho real explicado por el propio autor, quien con todas las dificultades físicas que todavía tiene, nos llega al alma y conmueve profundamente con la descripción de su vida, los problemas que ha tenido que superar, las escuelas especiales, las logopedas, el paso por las USES (Unidad de Apoyo a la educación), los EAP (equipos de asesoramiento psicopedagógico) y la frustración de haberle sido negada la titulación de la ESO.
La dramaturgia de este espectáculo ha ido a cargo de él mismo, Ester Nadal y Marc Pinyol que han logrado hacer arte de una dificultad, teatro de divulgación de un tema difícil de encajar. Lluís Cartes ha hecho la música y las canciones, que además de ser muy bonitas, aligeran la tensión de las dificultades del protagonista. Ester Nadal es la madre que acompaña a Quim no sólo con sus ilusiones sino también con las suyas construyendo un tejido de sueños con un resultado muy poético y entrañable.
Lo llaman teatro inclusivo, aunque el hecho de tener que incluirlo ya es excluyente. Las personas con diversidad funcional forman parte de la sociedad. Como dice Òmnia Bakkali Tahiri en su libro Un faro a tres minutos de casa: “La diferencia es riqueza cuando va acompañada de respeto, las sociedades deben adaptarse a las personas que las conforman, las voces más flojas en el centro de la corro para poder sentirlas bien, que fuéramos unos más, y no otros.”
Esta obra nos aporta la riqueza de la diferencia, la superación, la voluntad y el deseo de vivir. Gracias Quim.