¿Quién no conoce las novelas o historias de Jane Austen? Aunque solo sea por las decenas de adaptaciones en cine o televisión (Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio, Emma, etc.) todo el mundo tiene una idea de los elementos que conforman el universo de la famosa autora británica: los matrimonios de conveniencia, la necesidad de casarse para mantener económicamente a toda una familia, las diferencias dentro de una misma clase acomodada, y otros muchos elementos individuales que nos llevan indefectiblemente a lo que alguien llegó a denominar “cine de tacitas”. Pero no se engañen, Els Watson es todo esto… solo hasta un determinado momento. La obra, que coge como referencia una novela inacabada de Austen, empieza con todo lo que esperamos de ella y se para en seco allá donde parece ser que la autora lo dejó. No explicaré cómo lo continúa Laura Wade, porque esta es la gracia de una pieza que se acaba convirtiendo en comedia filosófica y que pose sobre la mesa todos los elementos que encorsetaban a la mujer en pleno siglo XVIII.
Sabemos que el TNC siempre nos da puestas en escena espectaculares, pero aquí se tiene que valorar sobre todo el hecho de tener a 18 intérpretes a escena. Este lujo, pocas veces posible, se complementa con una escenografía sobria pero efectista del gran Paco Azorín. El vestuario de Gabriela Salaverri hace el resto, así como la iluminación de Ignasi Camprodon. Y así podríamos seguir con todos los apartados técnicos, porque este es un montaje cuidado hasta el último detalle y llevado con gran maestría por Josep Maria Mestres. Su dirección resulta elegante, muy medida y llena de matices. Ya hace años que seguimos sus trabajos, muchos de los cuales (Krámpack, Dakota, Fashion Feeling Music, Unes polaroids explícites, Un matrimoni de Boston, etc.) son ya claves dentro de nuestro teatro más reciente, pero quizás me atrevería a decir que aquí estamos ante uno de los mejores.
Y ya por último me centraré en la parte interpretativa, que resulta clave en un montaje como este. Solo repasando los nombres de la ficha artística uno ya sabe que aquello funcionará, pero una vez vista la obra tenemos que decir que funciona estupendamente como conjunto. Aun así, merece la pena resaltar el trabajo protagonista de Laura Aubert y Laia Manzanares, sin olvidar a una robaescenas como Mercè Arànega o a una eficaz y emotiva Paula Malia.