Cada vez que se adapta un texto de Aristófanes (o de cualquier otro clásico griego) me da miedo ver encima del escenario un anacronismo, o un ejercicio que se quede a medias entre el respeto y la modernidad. No es el caso de esta magnífica -y libre- adaptación de Els ocells. Creo que Joan Yago ha conseguido hacer un texto tremendamente contemporáneo partiendo de la «loca» idea original, donde un humano convence al mundo de los pájaros para construir una nueva sociedad encima de las nubes. La actual versión acaba siendo una sátira política de primer orden, donde ni la democracia ni el sistema capitalista escapan de jugosas y divertidas críticas. Cómo si se tratara de un extraño cabaret, ante nosotros desfilan personajes que nos recuerdan a nuestros políticos más populistas, o situaciones -como la de la comida familiar- que nos acercan desde el humor a una realidad conocida por todos.
Pero no es solo el texto lo que hace de esta obra un espectáculo excepcional. La dirección de Israel Solà es ágil, imaginativa y eficaz. El diseño de escenografía, vestuario e iluminación -todos obra de Albert Pascual– nos dan el punto justo de fantasía, sin resultar estridente ni vulgar. Y por último, la interpretación de los cuatro actores es sencillamente impecable, con un subrayado especial para Marc Rius y Aitor Galisteo-Rocher. La escena final de los dos debe ser, sin ningún tipo de duda, una de las más esperpénticas y divertidas de los últimos años. No lo dudéis, si os gustan las sátiras políticas estos pajarracos os servirán un plato muy suculento.