Frágil belleza

Els cors purs

Els cors purs
16/05/2016

El espléndido equipo de La Perla 29 ha ido puliendo, a lo largo del tiempo y de sus montajes, una particular estética basada en el buen gusto tan influyente que después otras compañías han querido imitar sin acabar nunca de conseguir los mismos resultados. Dirigida por Oriol Broggi, como viene siendo habitual, Els cors purs es una nueva demostración del fascinante poderío visual de sus producciones, donde la poesía del movimiento, el espacio sonoro y la música forman un envoltorio perfecto para el trabajo de los actores. La obra está basada en la novela Mary de Cork de Joseph Kessel, un drama situado en la Irlanda de principios del siglo XX. La analogía con España, por la presencia de la religión católica y el hecho de haber sufrido también una guerra civil, hace que la historia sea emocionalmente cercana e, incluso, sus reflexiones parece que se dirijan directamente a nosotros. No obstante, el texto es, a pesar de su adaptación teatral, demasiado literario y, en muchos momentos, resulta pesado y difícil de seguir si no se le pone una gran atención a las palabras. Por otro lado, esto se compensa con los recursos escénicos, su magia, su inventiva, la elegancia y la delicadeza de su puesta en escena. Pocas veces se ve (sin, en realidad, demasiado medios) imágenes de tanta belleza en un teatro. Su espíritu es tan elevado que, incluso, los actores (literalmente) flotan por el espacio: unos correctos Miranda Gas, Borja Espinosa y Jacob Torres que nos ayudan a entrar en esta especial atmósfera. Quizás hay un exceso de respeto por el tono creado y, por querer mantenerlo, se cae en una cierta monotonía. Pero estos defectos, en definitiva, no tienen mucha importancia al lado de su imponente fragilidad y su encantadora finura.

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