¿Hacer lo que se espera o dejarse llevar por el deseo y la pasión? ¿Conformarse y desarrollar un papel ya marcado o salirse del camino? Tantas preguntas que acaban formando el futuro de una persona y el destino de sus relaciones. Y nunca se sabe si se acierta con la decisión… hasta que es demasiado tarde.
En esta versión del cásico de Tennessee Williams, Martina Cabanas presenta una adaptación con un tono bastante diferente. El inicio no es el esperado, con los personajes ya en medio de la batalla, sino que se nos presenta como el posible ensayo de la representación de la obra. El director de la obra, que será el narrado en escena, introduce al público en aquello que verá y da paso a los y las intérpretes. Y de repente la escena se encuentra con una familia de los Estados Unidos que sufre las consecuencias del crac del 29.
El texto va desgranando los anhelos y las preocupaciones de los personajes sin pretensiones, simplemente los expone en voz alta para contextualizar a la espectadora en la realidad en la que viven. Ágil y con ritmo, la narración es natural, aunque en algún punto, hay momentos en que haría falta rebajar la intensidad de los personajes para acabarlo de hacer real. En estos momentos, no acaba de quedar claro si es la intención de la dirección para mostrar que en realidad se está viendo el ensayo de una representación o no.
Laura Conejero, como la madre luchadora, llena todo el escenario con su pasión y entrega. De la misma manera, Roger Torns encaja a la perfección con el papel de narrador e hijo cambiando de perfil y de actitud cada vez que es necesario.
Es una propuesta interesante y entretenida, que explora un texto muy fiel al retrato de la época. Sim embargo, no queda claro si esta versión de “ensayo” acaba de funcionar. Una herramienta narrativa que al principio es muy presente, pero que al final se olvida y parece que nunca haya estado presente, dejando sin concluir la producción de manera redonda.