Partiendo de una propuesta bastante atractiva que mezcla música en directo, canciones, teatro de texto y coreografías con una temática de mitología griega, El viatge d’Orfeu es un espectáculo ameno y con algunos hallazgos interesantes. La obra tiene bastantes puntos de conexión con Spoon River, el montaje anterior de la compañía, donde también se jugaba, de forma más solemne, con el testimonio de personajes muertos. Escrita por Pablo Ley y dirigida por Josep Galindo, en esta ocasión, la duración resulta mucho más adecuada (75 minutos) y el ambiente es más festivo y gamberro, a pesar de no renunciar a momentos poéticos o reflexivos. Desgraciadamente, algunas de las historias que se explican no tienen suficiente profundidad, caen en ciertos tópicos o están demasiado mecanizadas por el trabajo de los actores. Así pues, se echa de menos, más implicación emocional y también alguna otra canción que subiera la intensidad y tocara la fibra sensible del público. Sin embargo, el conjunto es dinámico, las composiciones físicas tienen fuerza y el grupo interactúa con mucha compenetración. Se trata, por lo tanto, de un nuevo paso de esta joven Companyia InCordis que todavía se encuentra en proceso de experimentación a pesar de que, hay que decir, que de la idea original se podría haber sacado más partido.
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