El nombre de David Plana siempre irá asociado a un tipo de teatro que empezó combinando thriller, violencia y personajes turbios. Obras como Mala sang, La dona incompleta o Petita mort asentaron las bases de una dramaturgia que, en un determinado momento, decidió emprender otros caminos… Es cierto que en El bon pare también hay una parte oscura, escondida, pero la voluntad de hacer una comedia más amable y comercial se encuentra en las antípodas de su primera obra. Aún así, no se puede negar que Plana todavía tiene mano para crear situaciones incómodas y para dialogar escenas realmente divertidas. Quizás el principal inconveniente, dramatúrgicamente hablando, es que cuando la trama está en su punto álgido enseguida vamos hacia una resolución apresurada y un poco forzada…
La dirección es correcta, y las escenas más cómicas -sobre todo, la primera conversación del matrimonio- están resueltas con destreza. En este sentido, Teresa Vallicrosa vuelve a demostrar que es una gran cómica, y es innegable que está muy bien acompañada por Lluís Soler y Georgina Latre. En el caso de Jaume Madaula quizás habría que revisar su registro, a pesar de que el público agradece las salidas de tono del personaje y su comicidad más bien forzada. En definitiva, una comedia que podría haber sido más incisiva, pero que se ha quedado en la superficie y ha preferido contentar a un público más amplio. Veremos si lo consigue…