Ahora que ya llevamos un par de décadas en las que teatro catalán le ha perdido el miedo a la ciencia ficción (desde los inicios de Javier Daulte a una nueva generación de autores como Marc Angelet, Alejo Levis, Roc Esquius o Clàudia Cedó, entre otros), resulta evidente que el género cada vez focaliza más en temas concretos. En este Demà, por ejemplo, la dramaturga Helena Tornero nos habla del amor a través de un nuevo y aparentemente infalible sistema para encontrar pareja en un contexto de futuro distópico. Evidentemente, este mecanismo social esconde una parte muy oscura que, poco a poco, iremos descubriendo. Dirigida por Aleix Fauró, el montaje resulta elegante y misterioso, y sabe captar muy bien el interés de los amantes del género. Además, su estructura de narración inversa, plantea un rompecabezas estimulante que se suma a la crítica profunda que se está haciendo de ciertas perspectivas que tenemos, de hecho, ya en la sociedad actual. A pesar de las buenas interpretaciones, el problema de este nuevo espectáculo de La Virgueria es que sus personajes no acaban de tener alma, carisma o una personalidad que se gane el corazón del espectador que, probablemente, tendrá dificultades para implicarse emocionalmente en la historia. Llena de buenas ideas y reflexiones de gran calado, en cualquier caso, estamos ante una pieza inteligente y compleja, a veces difícil de seguir, pero sin duda valiosa y sorprendente.
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