Calculando los riesgos

Dagoll Dagom: Scaramouche

Dagoll Dagom: Scaramouche
07/10/2016

No se puede negar la capacidad que tiene Dagoll Dagom de convertir cada obra suya en un acontecimiento, aunque detrás haya siempre un riesgo implícito muy elevado. Scaramouche no es ninguna excepción, puesto que la producción que la soporta no es poca cosa para una compañía privada: dieciocho actores en escena, once músicos en directo cada noche, infinidad de cambios de vestuario y una escenografía digna de los musicales más lujosos. Además, la música es de Albert Guinovart, uno de los grandes cómplices de la compañía y autor de las páginas musicales más recordadas de la escena catalana (Mar i Cel, Flor de nit, Gaudí o La vampira del Raval). Con esta obra también ha conseguido una buena partitura, a la que quizás le falta algún leit motiv más claro y alguna canción de aquellas que supone un éxito inmediato. Lo que está claro es que con los temas más festivos es donde Guinovart se encuentra más a gusto y eleva el tono de una composición correcta, sin demasiados riesgos ni muchas innovaciones.

La dramaturgia y la dirección de Joan Lluís Bozzo van enfocadas claramente hacia la comedia, pero a veces con tonos tan diferentes que acaban despistando. Si bien hay momentos ingeniosos y divertidos, hay otros que giran hacia el vodevil o la caricatura. No sabemos si los desajustes son queridos por la dirección o bien son consecuencia de diferentes formas de trabajar con los actores. En la función que vi también hubo algún desajuste técnico, especialmente en el volumen de las voces y el sistema de microfonía. Pero, a pesar de todo, Scaramouche se disfruta de principio a fin por su impecable factura y su agilidad, a pesar de haber incontables cambios de escena y un montón de dificultades técnicas. Lo que está claro es que se han calculado los riesgos para que todo el mundo encuentre lo que busca (hay momentos para la historia romántica, el solo dramático o la reivindicación social) y el espectáculo sea un éxito inmediato y duradero. Quizás tanto cálculo le ha restado alma al conjunto, aunque así de entrada me atrevería a decir que el público estará de su lado…

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