Maremar es una historia que nos evoca a uno de los grandes dramas que viven muchas personas que se ven obligadas a dejar sus hogares para huir de las guerras y calamidades que asolan sus países de origen. Se agradece que una compañía dedique recursos a visibilidad temas tan importantes y actuales de nuestra sociedad, pero quizás no hay que enfatizar tanto en imágenes reales que inciden más de lo necesario en el dolor de las personas migradas.
A pesar de que la obra está inspirada en ‘Pericles. Príncipe de Tiro ‘no se preocupe … No se duerma, la historia fluye muy bien. Está contada como un cuento que transita entre la historia de una niña perdida en un fin de refugiados y en la épica obra de Shakespeare y que intercala con criterio y con gran sensibilidad grandes canciones de Lluís Llach que forman parte de nuestro imaginario musical.
En escena disfrutaréis mucho! Hay un gran trabajo vocal de todo el equipo en general pero, a mi gusto, destaca la privilegiada voz de la Elena Tarrats y Mercè Martínez, una actriz muy resolutiva que lleva el peso de la parte narrativa (aunque, a ratos, por mí innecesariamente con exceso de histrionismo). Uno de los otros aspectos que destaco es la coreografía: qué gran trabajo de Ariadna Peya, quien impregna con su estilo y sensibilidad personal muchas escenas y transiciones hasta el punto de convertir la danza en un elemento esencial para este espectáculo (y que eclipsa las partes más flojas que para mí son algunos aspectos escenográficos y de vestuario).
En definitiva una muy buena propuesta: bien pensada y bien ejecutada que no os defraudará y que, aunque no sea una fiesta, os dejará con mucho sabor de boca … ya sabéis que lo último que se pierde es la esperanza, ¿verdad? Lo tendrá que ver.
