Ver los enredos formados por palabras confusas o planes histriónicos para conseguir objetivos amorosos siempre funciona encima de un escenario. Como más enrevesado sea el guion y más difícil sea llegar al destino deseado, más atrapa y engancha.
Ottavio es un hombre rico que se ha casado con Beatrice después de enviudar. Ella y su hijo Lelio quieren quedarse con la fortuna familiar como herencia, pero les estorba Florindo, el hijo legítimo de Ottavio. Con estratagemas victimistas, Beatrice ha conseguido que su pare lo eche de casa. Coralina, sirvienta de la familia de toda la vida se va con Florindo y trama un plan para arreglar las cosas y que todo vuelva a su estado natural.
Comedia de enredos muy divertida, con un texto rápido y sin florituras que interpela y hace participar al público en todo momento. Un rato lleno de risas contagiosas que nacen de la narración, pero que se alimentan absolutamente de la interpretación de todos los personajes que saltan al escenario.
Mireia Aixalà está espectacular con su Coralina, pizpireta y cómplice tanto en el texto como con el público. Conecta directamente con cada espectador/a, se confiesa y trama con estos como testimonios, se exaspera y busca su comprensión, creando un vínculo estrecho y muy agradable. La naturalidad de Aixalà impregna a su personaje hasta su última fibra, transmitiendo cada palabra. Coralina es el centro de la trama, pero se construye y crece gracias al resto de personajes que van edificando un marco perfecto para su interpretación. Xavier Boada y Rosa Gàmiz hacen un tándem excelente como Ottavi y Beatrice, exagerados en su verborrea dan vida a la esencia de sus personajes. Joan Arqué y Ireneu Tranis se convierten en aquellos secundarios, mayordomos torpes, que roban el protagonismo cuando aparecen en el escenario y arrancan las risas más sinceras del patio de butacas.
Todo el reparto encaja a la perfección en la historia relatada y provoca un agradable sentimiento de alegría que se va esparciendo a medida que la narración avanza. Este buen planteamiento inicial se complementa con una puesta en escena sencilla y eficaz, en un marco incomparable como es la Biblioteca de Catalunya.
Se sale feliz del teatro, qué absurdidad, ¿verdad?