Vicent Andrés Estellés es el poeta de las palabras sencillas, de los temas cotidianos y populares. El poeta que revolucionó la literatura valenciana a base de explicar aquello que pasaba a su alrededor, y también en su casa, con palabras inteligibles y claras. Su obra Coral Romput ya inspiró un álbum a Ovidi Montllor y una exitosa adaptación escénica que dirigió Joan Ollé en el 2008 en el Lliure, con un reparto de aquellos que se hacen recordar. Ahora vuelve a los escenarios, pero en una versión totalmente contrapuesta. Una versión minimalista, austera y casi desnuda de artificios. Bien es verdad que resulta fácil para acercarse a la palabra, para coger el sentido más primigenio de un libro que no deja de ser un canto fúnebre a la hija perdida… Ahora bien, ¿se entiende más cuanto más cosas se le sacan al espectáculo? ¿Dónde está la frontera entre el teatro y el recital poético?
Marc Chornet opta por un espectáculo íntimo, sencillo, donde la palabra casi desnuda tiene que llenar de significado todo el mundo particular del poeta. Creo que la opción es buena, incluso delicada y estilísticamente acertada a ratos, pero también demasiado solemne. El trabajo de la actriz Marina Alegre resulta emotivo y gigantesco, y prácticamente no se le puede reprochar nada… Pero ya puestos a tomar la forma teatral, creo que los versos de Estellés daban para muchas más ideas y también muchos más contrastes.
Sea como sea, siempre es un buen momento para acercarse a los versos de un poeta popular y muy querido. Y más ahora, cuando se cumple el centenario de su nacimiento y tanto Cataluña como Valencia se llenarán de homenajes y sentidos recordatorios.