Instaurada en 2007, la fundación Collado-Van Hoestenberghe es un laboratorio de creación escénica independiente que investiga nuevas formas de hacer pensar al espectador sin renunciar al sentido del humor y el entretenimiento. En una línea similar a Montaldo, su anterior espectáculo, Constructivo plantea un circuito teatral (con el público en pie) por una serie de espacios asociados a ideas que tratan de poner en contraposición conceptos como el arte y la técnica, la ostentación y la utilidad, o la sociedad y los individuos. Desde la voz de dos albañiles con espíritu de librepensadores, la propuesta transita a medio camino entre la ironía y la reflexión, la profundidad y la irreverencia, sin nunca decantarse del todo por ninguna vertiente, pero consiguiendo momentos muy interesantes. Tanto en el tono como en las formas, el dúo de actores recuerda a los humoristas Faemino y Cansado, a pesar de que el espectáculo aspira a ser algo más complejo que un compendio de sketches de humor absurdo. En ciertas ocasiones, lo consigue, como por ejemplo los diálogos sobre la falta de humanidad de las grandes construcciones arquitectónicas, o en algunas de las breves performance como la de los ladrillos sobre los hombros. Desgraciadamente, su ligereza formal hace que el conjunto pierda contundencia, además de por algunos pasajes que no funcionan todo lo bien que los otros. Se valora, en todo caso, el riesgo y la voluntad de innovación, a pesar de que querer mezclar momentos paródicos con otros conceptuales y textos pseudofilosóficos puede generar una confusión en el espectador que, probablemente, perjudique la globalidad de la obra.
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