Un recital con mucha historia

Cinco horas con Mario

Cinco horas con Mario
29/09/2019

Cuando uno se acerca a esta enésima versión de Cinco horas con Mario tiene que tener en cuenta un par de  cosas importantes. En primer lugar hay que saber que el montaje teatral tuvo su primera versión hace cuarenta años, y que poco ha variado desde entonces. Y en segundo lugar, que Lola Herrera se ha enfrentado con Carmen Sotillo -la viuda que protagoniza la novela de Miguel Delibes– en varias etapas de su vida, y que ahora lo hace con 84 años a las espaldas y una enorme experiencia teatral. Si partimos de estas premisas seguro que podremos disfrutar de un espectáculo que en su momento fue un gran revulsivo y una especie de catarsis teatral que mucha gente todavía recuerda. Está claro que los años pesan en varias cuestiones, pero el texto de Delibes y la entrega de la actriz han quedado prácticamente intactas y todavía despiertan admiración y respeto.

Si esta temporada veíamos Señora de rojo sobre fondo gris, también de Delibes, ahora podemos remitirnos a su antítesis. Si allá el personaje ausente era una mujer emprendedora y con empuje, aquí tenemos la representación de la típica mujer de provincias de los años sesenta, con sus ideas conservadoras, sus represiones y una idea de la vida que ahora nos puede hacer salir ampollas. Delibes no tiene ningún pudor al mostrarnos la vena racista, clasista y machista de su personaje, pero también nos brinda un carácter contradictorio al que Josefina Molina, la directora, y la actriz Lola Herrera han sabido imprimirle una dimensión poliédrica y muy humana. De hecho, lo más impresionante de todo el espectáculo es ver como Herrera se mimetiza con Sotillo, como se emociona y se desespera, especialmente en una escena final sobrecogedora y todavía hoy muy emotiva.

Quizás sí que estamos ante teatro arqueológico, ante una recuperación histórica que no se entiende del todo si no se sitúa en el contexto adecuado, pero lo que está claro es que gran parte del mensaje todavía es vigente. Y es que tal como dice Molina en el programa de mano, el feminismo también es hacer una mirada al pasado, una mirada autocrítica que permita seguir avanzando. En este sentido, y a pesar de que todavía queda mucho para hacer, es admirable contemplar los pasos agigantados que ha hecho la mujer española desde los años sesenta hasta la actualidad

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