Después de haber colaborado juntos a Bodas de sangre, Antonio Gades y Carlos Saura se atrevieron a montar una Carmen que combinaba el flamenco y la música tradicional española (pasodoble incluido) con la ópera de Bizet. El resultado fue un espectáculo fascinante y una película que promocionó con éxito el baile español en todo el mundo. Cerrarían la trilogía unos años más tarde con El amor brujo, pero sus coreografías ya constituían un gran patrimonio y eran interpretadas en infinidad de teatros y países. Ahora es la nueva Compañía Antonio Gades la que presenta de nuevo el montaje original con un buen número de jóvenes bailarines y cantantes.
A pesar de que en el escenario no están ni Gades ni Cristina Hoyos, estrellas absolutas del estreno en el Théatre de Paris el 1983, la magia del bailarín de Alicante está presente de principio a fin. La coreografía es magnífica y todavía hoy resulta moderna e inspiradora, especialmente para la elegante y sensual Esmeralda Manzanas, que brilla en el papel de Carmen. Se recogen diferentes técnicas flamencas y se mezclan hábilmente con el baile español e incluso con el ballet clásico. El resultado, gracias también al ritmo y a las brillantes transiciones que brindó Saura, es de categoría y nos da momentos únicos, como el baile conjunto de toda la compañía al inicio del espectáculo o las fiestas flamencas -aparentemente improvisadas- que se montan en varios momentos. Es en estos instantes donde bailarines, cantaores y guitarristas vierten en escena todo el arte que tienen adentro.
Espectáculo muy recomendable para todos los espectadores con sensibilidad para la danza, sea flamenca o no.