Probablemente, la revolución cultural más importante (en el teatro y otras disciplinas) que sacudirá el mundo en las próximas décadas será de carácter feminista. Ha llegado el momento (y ya era hora) que la voz de las mujeres sea escuchada y no como excepción o peculiaridad, sino como la parte indispensable de la sociedad que son. Seguro que de aquí a poco veremos cómo actrices, directoras y escritoras ocupan nuestros escenarios, cubriendo una cuota verdaderamente representativa y justa. Mientras que llega ese momento, algunas valientes como Las impuxibles (Clara Peya y Ariadna Peya) y Carla Rovira ya han empezado a romper ciertas barreras importantes.
Aüc es un grito feminista que lucha para no ser silenciado, hecho con un gusto exquisito, combativo y necesario. Su espíritu de denuncia consigue ser tan sobrecogedor como emotivo y mezcla con fluidez momentos duros y trascendentes con otros de gran belleza escénica, a pesar de que quizás algunas secuencias de expresión corporal no acaban de estar del todo a la altura. Pero lo más interesante de la propuesta, junto a los momentos musicales, es la incorporación de las opiniones de las actrices respecto al proceso creativo dentro del espectáculo. Este detalle transmite, de una manera sencilla, la gran honestidad con la que está concebido el montaje y da pie a alguna de sus reflexiones más sugerentes. Ojalá esto no sea más que el principio de un alud imparable de obras reivindicativas que, artísticamente, tengan la capacidad de expresarse sin tapujos de la misma manera que ésta.