Después del éxito inesperado de Los bancos regalan sandwicheras y chorizos, el grupo de talentosos jóvenes que forman José y sus hermanas vuelven a la carga con una nueva e interesante creación colectiva. Con la educación como eje central de sus reflexiones, la compañía analiza desde varios puntos de vista todos los condicionantes que, desde la familia, la escuela, la sociedad y la cultura, nos forman como personas dentro de un sistema preestablecido. En general, el espectáculo está repleto de ideas críticas, sugerentes, refrescantes y que dan pie a estimulantes debates una vez acabada la función. El problema, quizás, es que este exceso de temáticas abiertas pueden llegar a saturar al espectador que no será capaz de digerir todas las propuestas que se van poniendo sobre la mesa. Sin embargo, Arma de construcción masiva vuelve a ser magnífico ejercicio de implicación sociopolítica y de honestidad narrativa que demuestra el gran potencial artístico de esta nueva generación.
La dirección y dramaturgia de Sílvia Ferrando tiene la habilidad de cohesionar los diferentes discursos y pequeñas historias de manera coherente, a pesar de que el ritmo desigual tendría que acabar de pulirse. Otro de los aciertos (y ya marca de la casa) es la mezcla de realidad y ficción a la hora de transmitir el relato; un recurso inteligente que recuerda al público que debe mantenerse despierto y con mirada crítica ante toda la información que recibe, especialmente, en época de posverdad y fake news. Finalmente, también podemos destacar un eficiente uso de la música, las canciones y las sillas como elemento escenográfico, además del gran carisma y la naturalidad con la que los intérpretes exponen sus tan personales historias.