Está claro que el estilo del grupo José y sushermanas ha quedado muy definido en su segundo espectáculo. Si con Los bancos regalan sandwicheras y chorizos nos mostraban los efectos indirectos que todavía tenía el franquismo en las nuevas generaciones, ahora hacen un análisis de la educación en España y de todas las consecuencias que esto tiene en nuestro comportamiento individual y en las actitudes generalistas del país. Se trata de una misión complicada, de tortuosos caminos y conclusiones contradictorias. A la hora de tratar el tema se siguen utilizando los recursos habituales del grupo, que van desde el testimonio directo a las acciones performáticas, pasando por momentos musicales, disertaciones filosóficas o grabaciones reales. Todo junto funciona como un todo unitario que aguanta contenidos muy diversos, aunque también hay que admitir que esta diversidad distrae en ocasiones del camino principal y acaba confundiendo al espectador.
Sea como fuere, esta Arma de construcción masiva plantea tesis y dudas que pocas veces vemos en un escenario. Se trata de un retrato bastante acertado de una parte de la juventud actual, con sus preocupaciones y sus miedos. Quizás faltan visiones más diversas para tener un dibujo más amplio, pero no podemos negar que detrás del montaje hay un intento que va más allá del de crear solo un espectáculo. Esperamos que el grupo siga cuestionándose todo lo que se le pone por delante. Será curioso ver como mantienen con el tiempo sus tesis y, quizás, como cambian otras. Está claro que estamos ante un teatro generacional, absolutamente necesario y combativo.