Después de 30 años de carrera pisando escenarios de bares y teatros, Antonia San Juan vuelve a demostrar en este nuevo espectáculo que su fuerza y genuina personalidad artística son incombustibles. Pasado el tiempo y los éxitos televisivos y cinematográficos, resulta todo un placer comprobar que a esta mujer todavía le quedan tantas cosas que decir, y que la originalidad, frescura y contundencia de sus propuestas continúan intactas. Mí lucha es un recorrido por toda una serie de voces femeninas donde la comedia y el drama viajan unidos para, de vez en cuando, romper la cuarta pared e increparnos de forma descaradamente cómplice. En el show, San Juan, además de recuperar de forma breve a la Agrado de Todo sobre mí madre, encarna a una prostituta, una asesina, una presentadora de programas del corazón, alguna mujer descarada y una ficticia hermana gemela suya, entre otros personajes, para hacernos reír pero, sobre todo, emocionarnos. Quizás, en este caso, la parte más dramática ha tomado más peso que en otras ocasiones y, por lo tanto, habrá quién eche de menos más humor. Por otro lado, transmite, como muchos espectáculos de sketches, un cierto aire de irregularidad, a pesar de que, de manera muy acertada, esta sensación se diluye al descubrir que las mejores partes están reservadas para el final. En definitiva, a pesar de que no se han cuidado las transiciones excepto por un fundido al final de cada escena, el espectáculo en global es altamente satisfactorio gracias al talento de su protagonista que, más allá del gusto personal de cada cual, se tiene que reconocer que tiene un carisma y poder de seducción interpretativo descomunales.
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