Carlos es un adolescente de 15 años y, como tal, su vida gira alrededor de asistir a clase, salir con los amigos y “soportar” la insistencia de sus padres de saber qué pasa con su vida. A todo esto, además, se le añade el hecho de que fue adoptado cuando era muy pequeño y eso, sin querer avanzar mucho de la trama, le provoca algunos inconvenientes en su día a día.
Un texto, en forma de monólogo, elaborado con mucha precisión y matices –tanto de la forma del lenguaje como de la exposición de la situación – que nos transporta a la realidad del protagonista con cada palabra que sale de la boca de Albert Salazar, el magnífico intérprete de esta obra sublime de Daniel J. Meyer. El autor consigue plasmar el lenguaje actual de los jóvenes de nuestra sociedad, al mismo tiempo que sus preocupaciones y problemas (desde el primer amor, a la relación con sus amigos, los padres o en el colegio). Consigue conectar con el público joven, pero también con el más adulto ya que no deja de ser un reflejo del día a día de cualquier joven de 15 años.
Si a todos estos elementos narrativos le sumamos la actuación de Salazar, ya tenemos una obra para enmarcar. Su entrega y mimetización con el personaje llega a tal extremo que te acabas ilusionando, como él, por cada mensaje de Whatsapp que recibe. Lo acompañas y sufres con él en los momentos más duros. Empatizas todo el rato con su historia.
Para acabarlo de redondear, tenemos un marco inmejorable donde nos enteramos de todo lo que le pasa a Carlos: su habitación. El templo de un adolescente, donde se esconde para hablar con quién quiere sin ser escuchado, donde baila hasta quedar hecho polvo en el suelo y dónde da alas a sus ilusiones y esperanzas. Cada elemento y cada momento musical está elegido también al detalle. Atención con todas las canciones escogidas, todas tienen una razón para estar en este montaje.
Para Carlos, en más de una ocasión durante la obra, hay momentos en su vida que son “pura magia”. Pues os aseguro que este espectáculo, en todo su conjunto, es, sin duda, uno de esos momentos.