Un gran drama musical

24 hores de la vida d'una dona

24 hores de la vida d’una dona
18/11/2018

A pesar de que, por alguna razón, Stefan Zweig parece estar de moda últimamente, hay que recordar que se trata de un escritor de principios del siglo XX fallecido en 1942. En concreto, 24 hores de la vida d’una dona se basa en una novela publicada en 1929. Esto puede ayudar a dar contexto a una historia que, desde la mirada actual, puede parecernos algo antigua y remilgada. Sin embargo, también es importante decir, a favor suyo, que no resulta nada fácil (ni habitual) adaptar a teatro musical textos de esta densidad y complejidad. Por lo tanto, que el resultado sea accesible y digerible ya es, en si mismo, todo un éxito. Además, aporta al panorama una nota diferencial. Lejos de la purpurina, la fiesta y la cierta superficialidad de otras propuestas, esta pieza busca una profundidad y una oscuridad emocional de gran valor e importancia. Al frente del proyecto, Sílvia Marsó defiende el espectáculo con una gran entrega e implicación interpretativa y es, ciertamente, ella la que hace que el espectador entre en la historia, después de una introducción algo confusa con una partitura poco convencional. Quizás su punto más débil es no haber dado más protagonismo a la historia de amor y menos a las dudas y el sufrimiento del personaje de Marsó, que no tiene tanta fuerza sin haber conseguido empatizar más con sus sentimientos previamente. En cualquier caso, se trata de una apuesta diferente, valiente y que parte de un material literario de alto nivel. Finalmente, cualquier montaje protagonizado por una mujer de más de cuarenta años, hasta que no sea algo más frecuente, se tendrá que considerar una circunstancia digna de aplaudir.

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