Después de abordar su peculiar visión del fin del mundo en El gran despropòsit, la Companyía Casa Real plantea en esta ocasión un simpático y absurdo colapso del capitalismo. Escrito y dirigido por Raquel Loscos y Salvador S. Sánchez, el espectáculo nos traslada a un hipotético Congreso del Fondo Monetario Internacional donde una serie de personajes exagerados, angustiados por sus miserias, quemados y deprimidos contribuirán a acabar de una vez por todas con el sistema que los oprime. La obra está estructurada en sketches (algunos de los cuales tienen, después, una cierta continuidad) y una serie de consejos que parodian los manuales de autoayuda donde nos invitan a destruir el sistema con pequeñas acciones. Original y alocada, lo mejor de esta comedia es su espíritu crítico, su genuina estética, su simpatía y su energía lúdica y gamberra. Sin embargo, su voluntad de entretenimiento es, en realidad, más fuerte que su efectividad cómica. Se echan de menos líneas de diálogo más ocurrentes, escenas mejor rematadas y un desarrollo de las buenas ideas que redondee la propuesta. Afortunadamente, el tramo final destila suficiente carisma y psicodelia para dejar en el espectador una sensación de clímax satisfactorio. Ojalá el viaje, en cualquier caso, tuviera más momentos tan acertados como los hilarantes doblajes de los famosos que nos proyectan en vídeo a lo largo de todo el montaje.
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