El gran acierto de este musical de pequeño formato es recuperar figuras femeninas importantísimas que han quedado demasiado tiempos olvidadas o escondidas por la historia. El personaje que sirve de excusa es Victorina Duran, escenógrafa y diseñadora de vestuario, pero el espectáculo quiere servir para reivindicar a muchas mujeres surgidas de la generación del 27 y de la Segunda República Española. Mujeres como Rosa Chacel, María Zambrano, Concha Méndez, Maruja Mallo, Margarita Xirgu, Victoria Kent, María de Maeztu, etc. Muchas de ellas formaron parte del Liceum Club Femenino, al estilo de los liceums británicos de principios del siglo XX, y recibieron el nombre genérico de “las sinsombrero” a causa de una protesta que les dio cierto protagonismo. Un conjunto de mujeres muy potente que la dictadura silenció de golpe y tuvo prácticamente oculto durante décadas.
El espectáculo empieza con un personaje –no sabemos, de momento, si real o ficticio- que ordena una serie de objetos y de golpe se encuentra con el espíritu de Victorina. Un comienzo poético que, a pesar de todo, adquiere un aire excesivamente naif y básico. A partir de aquí, un repaso biográfico y un recorrido por el Madrid de la época. Es decir, muchos nombres y muchos datos, punteados con canciones y momentos musicales (unos más interesantes que otros). Pienso que el texto de Eva Hibernia quiere abarcar mucho, quizás demasiado, y encima se complica con elementos de ficción, de fantasía, y con algún juego metateatral demasiado enrevesado. Lo más curioso, sin embargo, es que funciona y, sobre todo hacia el final, convence por la emoción y el tono inspirado que le ha dado la dirección de Marc Vilavella.
En cuanto a las actrices, justo es decir que son –esta vez más que nunca- el alma de la función. Tanto Gracia Fernández como Sílvia Marsó (buena actriz, pero todavía mejor cantante) deambulan entre la realidad y la ficción pero se mantienen todo el rato firmes y totalmente entregadas al público. Son como dos fantasmas teatrales que nos quieren dar la mejor versión de sí mismas, aunque les haya costado mucho salir del olvido en el que vivían…