¿Quién no quiere un final feliz...?

Una habitació buida

Una habitació buida
10/11/2019

¿Quién no quiere un final feliz …? ¿A quién no le gustaría encontrar respuestas a las preguntas de la vida…? ¿Quién no querría una segunda oportunidad, aunque fuera por un instante …? ¿Quien no se dejaría la piel por descubrir donde nace la inquietud que hace que el alma queme …? ¿Quién no querría que las cosas fueran diferentes …?

En la habitación vacía, todo es posible. Pagando, claro. Todo tiene un precio. Y si accedes, si comprendes su funcionamiento, sabes también que en un futuro alguien puede reclamar tu presencia. Tú puedes acabar siendo la presencia mágica, tal como real había sido en su momento la presencia que tú reclamas ahora. De hecho, imaginamos cada día. Y en nuestra imaginación se mezclan, sin pedir permiso, las figuras que nos apetece invitar. Por el mismo motivo, somos parte del reparto fantástico de otros. Es la tesis de Una habitación vacía, y es uno de los argumentos que Marc Artigau nos propone en su texto y en las letras de las canciones musicadas por Clara Peya. La mezcla de estos dos talentos suma y se multiplica. Y adopta, en el cuerpo de las ocho actrices y actores, una naturalidad y una presencia encantadoras. Encantadoras. Las canciones son delicadas, llegan al alma, y ​​el acompañamiento al piano, en directo, hace la experiencia más completa todavía. Esto, en una sala pequeña, en un espacio dulce y acogedor, es una bomba de sensaciones. Es tan bonito, tan especial, ser espectador de una propuesta como ésta, que acabarías dando las gracias. Menos mal de los aplausos.

Los tres espacios de la escenografía contienen, a lo largo del espectáculo, tres historias diferentes. Tres historias con diferencias y similitudes. Sueños, ilusiones, temores, tensiones, dudas e inseguridades se ponen en juego de forma ágil y sutil a la vez. Quizá alguna de estas historias no alcanza la profundidad de las otras, tal vez se rompe en esta un equilibrio que hubiera sido sublime. Pero parece un exceso propio de la misma narrativa del autor, de ese aire fresco que la hace diferente en el mundo de la dramaturgia. A lo largo de la obra, las tramas se mezclan, creando otras nuevas. Y todo confluye en una única corriente, donde todo adopta otro sentido, y donde renace el ansia del descubrimiento, del conocimiento de lo que ya no está al alcance, de las preguntas huérfanas de respuesta … un ansia que sólo puede apaciguarse en la habitación vacía.

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