Minimalismo y problemas de tono

Panorama des del pont

Panorama des del pont
06/02/2016

De entrada, el aroma clásico de la estética de esta puesta en escena de Panorama desde el puente promete mucho más de lo que, finalmente, su director es capaz de llevar a cabo. Al comienzo, Eduard Fernández hace una composición de personaje bastante sólida aportando su talento, naturalidad y energía interpretativa a una propuesta minimalista, elegante y acertada. Los cambios de escena son dinámicos y el resto del reparto pone su granito de arena a una narración que avanza con determinación. Sin embargo, extrañamente, el montaje deriva en un registro de comedia que, con intención o no, banaliza la tensión, la incomodidad y el drama de todo aquello que está pasando. A partir de este momento, a pesar de mantener, de forma intermitente, momentos muy reseñables, el espectáculo pierde el tono y, cuando se trata de ponerse serio otra vez, le resulta muy difícil volver a ser verosímil. Así, se acaba cayendo en imposturas trágicas algo exageradas que desmerecen la obra. En realidad, tiene suficientes cualidades positivas y los elementos necesarios para ser una gran adaptación de este difícil clásico de Arthur Miller. No obstante, sus problemas de tono acaban por estropear la fiesta y dejan un gusto de insatisfacción que no le hace justicia al conjunto.

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