Temporada tras temporada, diferentes montajes de los textos de Shakespeare invaden la cartelera de manera casi inevitable. A pesar de la pereza que nos pueda provocar esta circunstancia, se tiene que reconocer que hay motivos para que esto pase. El primero es que Shakespeare vende muchas entradas. El segundo es que es el dramaturgo más importante de la historia del teatro y, por lo tanto, por mucho que se represente, nunca te lo acabas. El problema, en realidad, son los siglos que nos separan de su obra; una distancia por la que haga falta algo más que poner sus textos en escena para conseguir que un montaje valga la pena.
La compañía Els Pirates han tenido el acierto en Les feres de Shakespeare de repetir la fórmula que les funcionó en Nit de reis y Somni d’una nit d’estiu que consiste, básicamente, en llevarse el material a su terreno. De este modo, han salido victoriosos en su salto al gran formato, adaptando la pieza a teatro musical, dotándola de su personalidad como grupo y, por lo tanto, de una energía verdaderamente refrescante. Es cierto que parten de la que es probablemente la obra más machista de Shakespeare y que, difícilmente, soporta la mirada del 2019 como comedia ligera. Sin embargo, han sabido incorporar los cambios suficientes para hacerla más actual y digerible. De alguna manera, el espectáculo resulta moderno, divertido, dinámico y su reparto transmite un gran carisma. En definitiva, se trata de un entretenimiento magnífico, ideal para la época estival, que quizás más vale no analizar con demasiada exigencia o profundidad.