Divertidas contradicciones de un adúltero

El Llibertí

El Llibertí
16/03/2018

Ya hace unas cuántas temporadas que El llibertí, la obra dirigida por Joan Lluís Bozzo, se convirtió en uno de los grandes éxitos de la cartelera. Suficientes, en realidad, para haberse ganado un reencuentro con el público que la disfrutó en su momento y, al mismo tiempo, dar la oportunidad de verla a los espectadores que se la perdieron en su momento. Escrita, originalmente, en 1997 por el dramaturgo francés Eric-Emmanuel Schmitt, se trata de un vodevil filosófico que ironiza sobre las contradicciones de un intelectual adúltero al que le encargan escribir un artículo sobre la moral. El carismático talante de Abel Folk es la principal virtud de este montaje que juega tanto con los enredos amorosos como las batallas dialécticas o la seducción. El resto de reparto, encabezado por una entregada Àngels Gonyalons, también logran el ritmo y el tono adecuados que permiten tener la diversión asegurada. De esta manera, la propuesta funciona, en términos generales, a pesar de apostar por un estilo de comedia un poco demasiado clasicista y caer en algunas reiteraciones no tan efectivas. Fresca, traviesa, moderadamente incorrecta, en cualquier caso, la pieza destila una inteligencia, finura y agilidad que dan sentido y compensan toda su verborrea.

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